Es cilicio el silencio,la apatía castigo,
la afonía no interesa en la coral del frac.
Se quedan incrustadas las palabras no dichas
cual cristales pequeños de una conciencia rota.
No queda nada por decir si nadie te escucha,
aún así intentas ver por qué fisura accedes
al corazón del otro,cuando en verdad nada hay.
Pero cuando te das cuenta ya estás desangrada,
y en tu charco ya no quedan reflejos de luna.
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Sólo es un gran abismo sórdido y anhelante.
foto Goyo Hueso.
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Un saludo cordial