POETA EN PARO - TU BLOG DE POESÍA

Encerrada entre cristales infinitos ve apagarse la luz de un día yermo sintiendo a miles de años luz la estrella que un día encendieron sus pupilas. Nada ni nadie saltará en su huida el muro del lamento, pesara el pavimento enlosado eternamente y la niebla hará resbaladizas las huellas de la espera.

Atardece y las siluetas adquieren fuerza con los focos de luz. ¿A qué foco le debo la fuerza para permanecer erguida ante la noche inminente? Se pregunta la torre. Toda fortaleza tiene sus dudas. Nada ni nadie es completamente independiente. Nuestro lugar es una propiedad eterna sin nosotros .

Dice la botánica que para la floración , los árboles, tienes que tener almacenadas muchas horas de frío. ¿ Cuantas horas de frío necesitamos  para que afloren en nosotros sentimientos  como la solidaridad la comprensión y el perdón ? ¿Será por las pocas horas de frío por lo que hay tanta gente sin flores? ¿Sólo conociendo el frío podemos dar calor? La primavera no llega sin vivir el invierno.

Si la naturaleza es capaz de tapar la desolación del invierno con un manto verde y renovado y un perfume de hierba bendecida; ¿por qué no pensar que tras la muerte disfrutaremos de la primavera? ¿ Por qué vamos a ser menos que un puñado de tierra, cuando también nos riegan nos siembran, damos vida y amamos?.

Llega un día en que percibes que la vida te tiene en un jaque constante. Que ya no tienes todo el tiempo del mundo y te van a quedar sin pisar muchas metas. Entonces abrazas con fuerza lo que amas y dejas que se vaya aquello que te inhibe, como salvavidas.

El poeta es grito y es silencio, es amor o es olvido, es tempestad o calma. Siempre habita en el margen, en los polos, en los extremos más inhóspitos. Desbordado, errante, y sin patria en abanderado de las causas no halladas Rasgado en el naufragio, defensor a contra corriente de la superficie mancillada, sólo es poeta aquél que con sus versos:VENCE.

En un rincón de mi alma se ha quedado prendida la luz de algún atardecer y de vez en cuando quiere imponer su hegemonía fundiendo mis lámparas. En la penumbra deambulo entonces intentando encontrar otras fuentes energéticas por un camino donde los fantasmas aturden mis expectativas. El horizonte es un manto negro apolillado: No me cubro con él pero tampoco lo eludo.

Los días se van como las nubes,  sin hacer ruido, y cuando te das cuenta  han pasado los años en que soñabas lejos. Ahora tus sueños se han vuelto  más cercanos  y ya no escalan cimas, pero son riachuelos que con la primavera fluyen.

No intentes pastar entre lobos porque fomentarás la cacería. Mantente alejada de sus dentelladas todavía hay  pastos sin dueño. No intentes redimir la condición humana admira a los buitres cuando vuelan sin que los acerquen tus lamentos.