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Mostrando entradas de febrero, 2012
No tengo mucho que contar Me invade el   destemple   de la sala de espera de una estación de autobuses un domingo por la mañana; y siguen en mis oidos las burbujas del oxigeno -como riachuelo- que en   su evaporación abren ventanas en los alveolos pulmonares. Lo demás   escatológica rutina de alcantarilla humana que somos. ¡Ah ¡ - Como ley natural también-   Los almendros   comienzan   a adornar los márgenes de la carretera que me lleva   a casa. Foto Mady.

Atardeceres milenarios

Hay atardeceres milenarios   que abren   las ventanas de la historia. La hierba es la aliada del olvido -tapa las huellas de rodillas- pero el agua   siempre aclara el recuerdo. Tienen eco de voces femeninas  todos los pilares de los pueblos. mlgrs*
Todavia de incognito pero te he descubierto. Ya no me deprime la desnudez de los árboles.  Aún con la respiración entre cortada  he conseguido superar la cuesta.  Cómo me pesa a veces la desgana,  pero se abre la ventana de nuevo. mlgrs
No hay mayor soledad que la del bosque en otoño con el suelo cubierto   de hojas caídas y los pájaros de paso. Me resisto a soñarte entre hojarasca caduca cuando todavía suena el agua por mi escarpada vertiente.

Despedida.

Te he besado con besos eternos, la lucha ya no tiene sentido, ni rebelarse o sufrir ante la evidencia. Nuestra limitación se resquebraja; es una tela que se abre de tan usada   y un pedazo la vuelve más vulnerable. Solamente el perfume que nos impregna es bastante, para decir   cuanto amor hay en   esta   despedida. No diremos ya más, ya lo dijimos todo, todo lo sabemos, aunque no lo entendamos. Dejaremos que el silencio   nos reconcilie con la pena. Foto de Arte fotográfico.

La piedad.

La piedad a los pies del calvario acoge cada día en sus brazos   a la humanidad crucificada. Con su cara tapada y guantes en sus manos -para que no la contamine la desesperanza- intenta vestir de nuevo el ultraje y devolver la   dignidad con abrazo de madre. Solamente la maternidad   es capaz de apostar por lo perdido,   de rescatar voluntades. Milagros Morales. Foto de Samuel Aranda. Ganador del premio Worl Press Photo of de year de 2011

La erosión del humo.

Penetro más   allá de la tierra cuarteada a ese fondo fértil que me habita intemporal y aséptico. Ahí conservo la humedad de mi nacimiento, la frescura   transparente de mi juventud, la calidez de mi madurez sabrosa. Prescindo de las formas que en el exterior obstaculizan la visión   de los pétalos que no los marchitan las edades,   y es entonces, cuando comienzo mi lucha contra la erosión del humo.