Cuando llega la noche
salen de su escondite todos mis fantasmas
y me clavan un puñado de alfileres
en mi estómago.
Entonces el vértigo se apodera de mi mente
e intento convencerme de que
son incorpóreos,
pero,
que más da como sean si es real el dolor.
Si siempre los idealismos tienen más poder
que las certezas.
Milagros.
Foto Goyo Hueso.
Comentarios
visitado tu casa para deleitarme
con tus buenas nuevas reflexiones
y metáforas. Saludarte es un placer
Gracias
Un beso.
Nuestros fantasmas y nuestras sombras.
Todos provienen de nosotros.
Y el dolor es tan real que asusta.
Un abrazo!
Saludos.