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Al mismo ritmo.


Escuchaba detrás de la puerta
por si el teclado sonaba a Chopin,
sabía que no danzaban al mismo ritmo.
Él era un coleccionista de miradas.
 creía que conquistaba islas
pobladas por seres imberbes
que veían en su barba al hijo
de un dios menor;
sin embargo apenas
era un mortal solitario
que regalaba mares de sonrisas
ignorante, de que solamente
las dulces, vuelven a la playa.
Ambos se sentían caracola en la arena
 de la resaca.

Esculturas MRaguaron.

Comentarios

Ángel-Isidro ha dicho que…
Hola Milagros, he pasado por tu blog
de poesía, poeta en paro" he visto tus recientes publicaciones, también
mi hermana y yo, sois como dos gotas
de agua. Te felicito, el que a los
suyos parece ...
Un abrazo sincero
Ángel-Isidro.

http://elblogdeunpoeta.blogspot.com/
Sor.Cecilia Codina Masachs ha dicho que…
Estáis las dos guapísimas, os dejo un beso para cada una.
Con ternura
Sor.Cecilia
Antonio ha dicho que…
Tras mi ausencia temporal del mundo bloguero por motivos de viaje turístico vuelvo a visitarte y dejarte mi personal saludo. No sé si podré ponerme al día de tantas cosas que se han publicado, durante estas fechas, en los blog que sigo, pero lo intentaré aunque no deje comentarios.
Un afectuoso abrazo con mis mejores deseos.
María Socorro Luis ha dicho que…
Enigmáticamente bello, Milagros.

Besos cercanos.
Anónimo ha dicho que…
muy bello

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De vuelta.

 Vuelvo después de estar perdida  por mundos que me han hecho menos buena. Al menos más desconfiada.  Esta todo tan lleno de hipocresía y de amistad interesada la poesía en manos de pseudo poetas que ignoran a quien no mercadea con sus versos.

Duele

Duele que se haga de día  y ver que durante la noche has caminado por un estercolero sin verlo ni notarlo y estar rodeada de basura que no sirven para nada . Montañas de vivencias desechables, sin reciclaje, te cortan el paso sin avance posible. Duele y te sientes estúpida. Pero te das cuenta que no caminas sola , muchos otros caminan de vuelta con el amanecer, y vas equipada para dejar atrás tus despojos.

Reir entre las olas

Nunca tuve una venda en los ojos. Siempre supe que para alumbrarte tenía que preñarme de sueños. Sabía que este iba a ser el tributo: Nada es gratis y menos para el alma. Pero no podía dejarte sin tu génesis que me supera y me trasciende. Por eso me embarqué en la travesía más arriesgada de mi historia; y aquí estoy flotando en una tabla resto de un naufragio de emociones. Pero tú vuelas libre, por ti mismo, y eso me hace reír entre las olas. Foto Milagros