Por la ventana del hospital
entra la luz como esponja que empapa
el sudor de la noche, y desinfecta heridas,
aunque a lo lejos, las humaredas
contaminan , un nuevo amanecer .
Poco a poco las farolas de las calles
se apagan, los edificios grises de enfrente
abren sus ventanas, y el tiempo
continúa sujeto con andamios.
Las máscaras de oxigeno, los goteros,
configuran el entramado urbanístico
por donde los fantasmas circulan.
Está en verde el semáforo del día.
Foto. Goyo Hueso.
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Comentarios
Lo has descrito perfectamente!
Bravo!
Un besote, amiga!
;)
Hermoso como siempre, amiga.
Un cinco estrellas, Milagros.
Muxus.
Un beso
Un beso
Que tengas una linda semana!!
Graciela
Alentador que el semáforo continue en verde.
Un abrazo
Un abrazo, Milagros.