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Cada día acudo a tu templo
a tu puerta  tornada;
nunca me sacia tu comida.
Intento  filtrarme como un haz
en  tu  recinto vacío;
pero has quitado la aldaba
Lo intento en tus vidrieras
más tu cristal es insumiso
 como el rayo.
Mi corazón es la esquela clavada
en tu madera carcomida.
Como una mendiga
 me arrodillo en tu atrio.
No quisiera esperarte, pero,
le puede  al hambre el deseo
de que la puerta se abra.

Comentarios

Incertidumbre, siempre, de ver más allá de lo que creemos entender...
Noris Marcia ha dicho que…
Milagros, bellisima poesia, me ha resultado calida y amorosa. Un saludo gentil desde EEUU.
Azrael ha dicho que…
Magistral Milagros, palabras mágicas que encierran los caminos de tu alma. No cambies, eres luz para las palabras. Un abrazo.
Anónimo ha dicho que…
Hola Buenas noches, leí su blog y me pareció extremadamente bueno , me considero fan de la poesía y la tuya es muy hermosa, creo que este mundo sin la poesía no seria el mismo , aunque creo que en estos días se ha olvidado un poco y dejado de lado , pero me da gusto que personas como usted sigan escribiendo ;un saludo!! Atte. Sofía

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De vuelta.

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Duele

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Reir entre las olas

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