Intento encerrarte, mar,
y con tu amarga saliva me salpicas.
En mi intento de ser tu carcelero
no disfruto de un baño relajado.
La arena mojada escuece mis dedos
cuando quiero en su reflejo ver el
cielo
y sólo hallo sombras sumergidas.
Me encantaría ser en tu ímpetu velero
y es mi miedo quien lo evita:
Miedo a sentirte libre y no ser ola.
Comentarios
Abrazos, mi amiga, que tengas un fin de semana bello
Leonor
de mil maneras
y siempre me sorprende
su respuesta.
¡Besos!
Bonito poema.
Un abrazo.
Gracias.
Alicia