La edad
me desintegra cada día,
y libera el espacio que habito;
araña mis paredes,
mi tejado.
Solamente el alero,
un balcón sin codos,
y la huella de mi chimenea,
conservan mi identidad
arrebatada sin permiso.
Los rayos del sol
alumbran mi aurora,
pero no hay sábanas
que seduzcan al viento.
me desintegra cada día,
y libera el espacio que habito;
araña mis paredes,
mi tejado.
Solamente el alero,
un balcón sin codos,
y la huella de mi chimenea,
conservan mi identidad
arrebatada sin permiso.
Los rayos del sol
alumbran mi aurora,
pero no hay sábanas
que seduzcan al viento.
Foto Goyo Hueso.
Comentarios
Luis Ángel Marín Ibáñez
yo te veo llena y repleta para, repeler lo que te detenga y derrumbe tu entereza.
Abrazos, Milagros.
Leonor
primero fuimos un cristal en bruto.
Un buen poema.