Me he parado a llorar junto al río
contemplando las ruinas de mi ciudad;
prefiero lamentarme entre sus escombros
que en una tierra sin ancestros.
El viento es una bofetada
para las tejas que sobreviven.
¿ Como podré cantar victoria
entre cristales rotos?
Mi corazón late
bajo un muro sepultado.
No puedo emprender mi marcha
y dejarlo a su destino.
A las afueras coloco una tienda;
A las afueras coloco una tienda;
en ella auxiliaré a los heridos.
Aunque devastada es mi cuna.
Enciendo velas, me ofrezco mutilada.
El silencio es mi escudo.
Comentarios
Cuando se ama mucho, se da todo. Se agotan las fuerzas por restaurarlo y si no se puede más, se queda por mejores tiempos junto a los recuerdos heridos...Tiene la confianza que todo será pasajero.
Es un poema fascinante, que al menos a mí me transportas a tantas otras ideas...pasaríamos horas hablando de lo que me hace sentir.
Hermoso poema aún en su inmenso llanto.
Abrazos los que quieras y todos con mucha admiración.
Anouna
La hondura de sentimientos es la misma en ambos poemas.
Abrazos.
Noto nostalgia en tus versos y en ese llanto, hay mucha melancolía acumulada.
¡¡¡Ánimo amiga!!! UN BESO.
Abrazos
Saludos.
BESOS
Un abrazo
Caty
Este poema puede ser la ruina de una ciudad como la ruina de una persona, gracias por compartirlo.
Abrazosssss Milagros.
Leonor