Hay trajes que te quedan
demasiado apretados.
En la vida y en la muerte
encorsetados,
sólo hay un lucero
en el cielo claro.
Cubren con incienso olores
que son humanos
para ahuyentar gaviotas
en los barcos naufragados;
pero hay huecos que no sirven
de refugio del miedo,
las flores de plástico
no son veleros.
Prefiero que la noche
me sorprenda con sueño
sin peso en las pestañas
de esos recuerdos
que hacen rocío al alba.
Mi barca está en la playa
con anclaje y remos.
Foto Goyo Hueso.
Comentarios