Si supieras que la escarcha de mi alba
la conviertes en rocio,
si fueras consciente de que todo adquiere
contigo un brillo nuevo,
dejarías de echar raíces
que al arrancarlas forman socabones.
Demasiado ocupado en extender tu paja,
te olvidas del pan recien cocido
que en mi mesa te espera y te calma.
Prefieres ser parte de la bandada
de tordos que comen las migajas,
de cosechas ya recogidas,
a ser granero en el invierno.
Comentarios
Un abrazo grandote y agradecido, Milagros.
Vanessa
Un beso gigante.
Tienen una frescura difícil de igualar.
Un abrazo.