Ante mi retablo
espoliado,
los escombros son
sustrato
de la hierba buena
que como madre,
abraza la desidia.
El pasado y el
presente
configuran mi
contradictorio
y caótico mural;
siempre con espacio
para nuevas
tendencias.
Soy trasformación
constante:
Rompo mi techumbre
para ver el cielo
sin prever que existen
daños colaterales;
pero mi apertura
universal
justifica, mi posterior derrumbe.
Estaré concluida
cuando no quede nada
de mí.
Foto Goyo Hueso.
Comentarios
Así es nuestra vida, una constante transformación, a veces contradictoria.
Muy buen poema.
Besos.