Salomé resucitada.

Voy a planchar las arrugas.
de mi percepción de las cosas;
dejaré mi mente bien lisa.
Después quitaré todas las telarañas
que identifican mi pasado.
Frotaré mi iris hasta dejarlo cristalino
y mi suelo bien barrido y brillante.
Usaré un ambientador de camelias
y quedará todo en su sitio.
Entonces descansaré aliviada:
He hecho aquello que estaba en mis manos.
No puedo exigirme nada.

De las nubes que se encargue el viento.

Milagros Morales

Mientras planchas las arrugas
observo el trajín
de tus manos
la danza de tus dedos sobre la tela
el vapor alisando
los pliegues de tu pensamiento...

Hacendosa te entregas
en finos velos de telaraña
—Salomé resucitada
con palomas en las caderas—.

Yo repaso mi pregunta
mentalmente ungido
al perfume de tus camelias
salido del cilindro prodigioso
como de mágico cetro
de antigua diosa
hechicera.
Y me atrevo...
Y me arriesgo...
Y ante tu numen, sucumbo:
¿De dónde te salen, mujer
tantos pájaros que bordan el cielo?


Pedro F. Báez.

http://www.pedrosuniqueblog.com/

Es fantástico cuando la inspiración se encuentra así misma.

Dos poemas escritos a miles de kilómetros, separados por océanos

y montañas que hacen una obra interesante.

Gracias Pedro por responder mi poema con otro

tan bello.