Dedicada a Luigi Maráez.
El Cementerio de los niños.
La tumba del arzobispo.
La tumba del arzobispo está destapada.
Abierta a un cielo sin lucir de cráneos de ovejas
con quijadas de incisivos y caninos afilados.
Su boato relleno de huesos carcomidos,
esparcidas las cuentas del rosario,
y la cruz intacta.
Su calavera no ríe.
Eso es todo.
++++++
El Cementerio de los niños.
Cuando a la muerte le toca hacer de nodriza,
se viste de blanco con tules
como una novia virgen
y ofrece su pechos como cántaros con ecos.
¡Silencio!
En niño duerme eterno;
ajeno a los muñecos mutilados y sin ojos
con ángeles a su cabecera
+++++
Comentarios
Carlos.
No es buena cosa negar la muerte.
Está presente.
Un abrazo Milagros, igual vos sos la vida.
Alicia
Un saludo
Intenso la segunda parte, enhorabuena.
Un saludo.
Maria del Mar, desde Cuba