Lo envolví en besos
y se lo entregué al mar.
Vi, como las olas lo mecían
cantándole una nana,
y finalmente se lo tragaban
silenciando con su estruendo mi dolor.
Quedé a la deriva destrozada.
Mis lágrimas embalsaban mi esperanza
y la hundían.
Ya no me importaba alcanzar la playa.
Sin él no hay a rumbo, ni brújula, ni guía,
ni suelo firme donde secar mis duelos...
¿Para qué otra orilla
donde parir de nuevo?
En recuerdo a los niños que mueren en las pateras.
Comentarios
Buscan un mundo mejor y muchos dejan su vida en el intento.
Saludos sinceros.
Triste tragedia que se repite, al parecer, sin remedio.
Un abrazo.
saque a la luz una de las mayores tragedia humanas ,que pasa desapercibida porque como siempre los pobres importan poco, para verguenza de la humanidad.
Un abrazo a los dos
milagros
http://gymbrainstorming.blogspot.com/
Un abrazo. milagros
se te ve una mujer que le gustan los retos, te propongo que para el siguiente poema escribas sobre el ritmo de vida de las ciudades en contra punto con el de los pueblos
saludos, gracias por este rincon
La vida no es mejor ni peor vivas donde vivas.
La vida en el pueblo no es tan bucólica,
ni la vida en la ciudad tan extresante.
En cualquier lugar hay mies aunque no veas campo,
y las estrellas no se ven en ningún sitio cuando está nublado;
pero siempre hay caminos de asfalto o de barro,
donde podemos alcanzar mejor
los sueños.
Le debemos al mundo nuestro grano de trigo, estemos donde estemos.
Un abrazo seas quien seas, vivas donde vivas.
Que tu cosecha sea grande en alegría.
Milagros
Un abrazo.
Atlilano
Besos. milagros