La inmensidad del mundo
tiene sabor a gris.
Dime de qué materia
está hecho tu corazón.
Miles de sombras
en la noche se agitan,
montones de respuestas
de preguntas mudas,
millares de incógnitas
como gatos asustados encerradas
en la mente del hombre.
Dime: ¿en que revuelta
se ha escondido el alba?
El reloj da siempre
la misma hora:
Una noche sin fin extendida.
Sangre,
angustia,
llanto sin color…
Dime cual es tu rostro,
y el mío,
y el de tantos habitantes de la noche.
Dime a qué nuevos espantos,
sonarán las campanas.
La tierra negra,
los surcos quemados y podridos,
las voces anónimas,
la soledad…
Y el alma en una jaula de leones hambrientos.
Foto Goyo Hueso
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